Por qué el juego espontáneo


El proyecto Saltamontes recibe el nombre de “grupo de juego” porque consideramos que el principal catalizador del desarrollo de los niños, especialmente en la edad de 0 a 6 años, es el juego. Jugando el niño se descubre a sí mismo, desarrolla su personalidad y autonomía, asimila y aprende lo que vive, se adapta al mundo que le rodea, revive sus experiencias y descarga tensiones. Es la forma que tienen de descubrir, experimentar, explorar, crear... Creemos en el juego espontáneo desde una postura de acompañamiento no directivo porque estimula a los niños a elegir su camino, ofreciendo la máxima libertad a la hora de desarrollar sus habilidades y competencias según sus intereses. También porque fomenta su autoestima e independencia y estimula el intercambio social, el respeto mutuo y la confianza en sí mismos. El hecho de que sean los niños quienes diseñen y desarrollen el juego sin interferencias del exterior, permite que lo aprendido durante el mismo quede mejor fijado en el cerebro, pues la motivación y predisposición para ello son máximas. La negociación para el diseño del juego y las normas para su ejecución con sus iguales fomenta también un importante desarrollo del lenguaje y las habilidades sociales del niño, pues deben desplegar todos sus recursos para proponer, seducir, convencer, argumentar y explicar sus objetivos a sus pares.

Es importante insistir en que creemos en el juego espontáneo desde el acompañamiento no directivo, atento y respetuoso, pues este matiz es lo que diferencia a este proyecto de una ludoteca al uso. Este acompañamiento está basado en la escucha y el respeto profundo al niño, a sus intereses y necesidades, a su ritmo individual de desarrollo. Se parte de la confianza en las capacidades personales de cada cual y del respeto a su personalidad. Así, la relación que el adulto establece con el niño es cálida, afectuosa, de aceptación de la forma de ser, de expresarse, de manifestarse, de sentir... de cada uno. La relación con los niños tiene lugar con una actitud que equilibre la distancia necesaria para que ellos crezcan con autonomía y la presencia que les haga sentir que un adulto les acompaña, les acoge, no les juzga y les ayuda a recordar las normas y límites que van a permitir una convivencia armoniosa y relajada.

Aunque en este proyecto sea esencial el juego espontáneo, en ocasiones se propone alguna actividad, en la que los niños podrán elegir participar o no, según su interés. Creemos que las actividades propuestas pueden ofrecer nuevas herramientas y experiencias de aprendizaje que permiten luego explotar las nuevas habilidades adquiridas y explorar nuevos ámbitos de interés en su juego espontáneo.

Para saber más, véase Hueso, K. (2019) Jugar al aire libre. Plataforma editorial, Barcelona (en prensa)




1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho la reflexión que haces, nos dedicamos a ofrecer juegos divertidos para adultos así que siempre son cosas que nos ayudan a mejorar, gracias!

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